lunes, 22 de febrero de 2016


    

Resultado de imagen de dibujos DINGOS perros a carboncillo

                                            DINGO EL GUARDIÁN 

María preparaba la cena mientras sus hijos jugaban en el jardín vigilados por un enorme perro. Las voces de los niños resonaban alegres por todas las estancias, mezcladas con una música de los años ochenta que aislaban a la madre de los problemas. Al cortar la verdura, recordó que no le había puesto pienso a Dingo en su recipiente y salió de la cocina decidida a saciar el hambre del can. No advirtió que el jolgorio de los momentos anteriores había cesado, y al llegar al lugar donde estaban sus hijos, al pie de la ventana de la cocina, vio aterrorizada como en el sitio donde antes jugaban las inocentes criaturas tan sólo había tres machas de sangre en el suelo y, desparramados entre la hierba, el resto de algunos pequeños huesos. Dingo se relamía el hocico con gran placer. Nunca más volvería a querer pienso.