lunes, 12 de diciembre de 2016


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ENSUEÑOS

Eres el ángel que no logra salvarme,
 mi caballero sin escudo,
 mi príncipe sin reino,
 mi santo sin aureola,
 mi demonio sin infierno.
 Eres el grito oculto que estalla en mi garganta,
 el huracán perdido en una zona desértica,
 la luna nueva en un cielo estrellado.
 Eres el que tenía que venir y nunca llega,
 la imagen que se repite con el tiempo,
 la excusa continuada,
 el final de una película inacabada.
 Eres todo aquello que deseo entre unos brazos,
 la mirada profunda de una noche oscura,
 la boca sensual que se me escapa de las manos,
 la sonrisa lejana de unos labios por besar.
 Eres el que me persigue en sueños,
 el que altera mi descanso,
 el que busco entre mis versos.

lunes, 14 de noviembre de 2016

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En mi equipaje

Unas palabras dentro de un poema inacabado

que empiezan a cobrar sentido.

Viejos libros rescatados del desván

entre los restos salvados de la quema.

Una puerta que se abre llena de futuro

guardando aún el pasado en su antiguo cerrojo.

La ansiada paz de una tranquilidad recién estrenada

que intenta avanzar en las nuevas horas del día.

El descanso de unos ojos resecos por la tormenta

vislumbrando más allá de la claridad del amanecer.

La búsqueda del horizonte perdido.

Los sonidos de unos labios olvidados.

Las anheladas caricias de unas manos nuevas.

El  abrazo por explorar de un extraño.

El deseo extraviado en el tiempo.

La cicatriz del amor roto.

La soledad del tiempo muerto.

El nuevo soplo que alimenta el espíritu.

La pena que intentó corromper el alma.

El miedo escapándose de las venas.
.
La muerte inscrita al nacer.

La alegría del renacer.

Todos viajando juntos en el mismo equipaje

y aprendiendo de cada paso

que dejó su huella en la calzada.

martes, 25 de octubre de 2016



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         PASILLO DE INCERTIDUMBRES


Espero que el universo  me dé una respuesta…

Mientras tanto, yo busco en mi interior la paz ansiada 


que perdí en el camino 

en un trayecto largo y llenos de curvas,

entre las cuales nacieron mis mejores herencias.

Y hoy quiero encontrar fuerzas para romper

con este destino absurdo que me paraliza,

huir del miedo que me corroe,

escapar de mis sueños rotos,

utilizar mi imaginación para alzar, tal vez, un último vuelo.

Deseo aprovechar la lección que me da la vida

y aprender del sufrimiento un camino hacia la felicidad.

Anhelo salir de esta zona de vacío en la que estoy inmersa

 que tan solo me procura ansiedades.

Y escribo. Y leo. Y escribo. Y vuelvo a leer. Intento aprender.

 Escribo para reflejar en un papel palabras atrapadas,

sentimientos cercados y temores ocultos

que pasean por la mente en un pasillo de incertidumbres…

Y leo. Me renuevo entre las letras, mis letras,

y las de otros que dieron pasos de búsqueda

en la espera de hurgar en el conocimiento la vuelta hacia la realidad,

el encuentro y la pasión por la vida.

miércoles, 6 de abril de 2016





CAMINOS POR ANDAR

Antes yo no recorría estos caminos.
Mis pasos, libres de todo,
volaban alto entre las olas de mi eterna playa.
Eran otros tiempos, al menos más míos.
Mis ojos radiantes descubrían el mundo;
y amaba... y me dejaba amar.
Desnudaba entre unos brazos el futuro por venir
dejándome llevar sin reparos por las ondas de la vida.
Y ésta me ofrecía, abierta a todo,
la mejor de sus sonrisas,
como útero fértil esperando la cosecha.
Era la inocencia quien guiaba mis deseos.
Ahora, la inocencia perdida,
ya no crecen con tanta fuerza entre mis ramas
nuevos tallos.
Me muevo en el limitado mundo de lo conocido,
y las flores primaverales hace tiempo
que empezaron a abrirse más tardiamente
cada estación.
Pero sigue saliendo el sol cada mañana
y anocheciendo tras mi ventana la luna.
Y yo sigo haciendo pequeñas veredas
recorriendo atajos y recuerdos,
inaugurando noches y soñando días.

martes, 29 de marzo de 2016


      

          
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      EL DESCONOCIDO
 La mujer se despertó en una cama inmensa  con los ojos vendados. Había sido una noche extraña y se encontraba envuelta por un sentimiento aterrador. Aquel desconocido que conoció en un bar la había llevado a su casa, y por primera vez tuvo la extraña sensación de estar fuera de control. El dolor formó parte de una noche llena de juegos sexuales ajenos a su sencillo estilo de vida. Se levantó algo quejumbrosa y se quitó la venda de los ojos, aunque al hacerlo no sintió alivio alguno, la oscuridad de la habitación lo inundaba todo sumiéndola en una ceguera. Seguida por su instinto, se dirigió hacia una esquina donde había visto la noche anterior un gran espejo; al andar su cuerpo se estremecía y rezumaba una extraña y olorosa sustancia que no sabía discernir qué era. Cuando estuvo delante del espejo, un grito de terror llenó la habitación. La imagen que le devolvía aquel objeto era el de un trozo de carne deformado y ensangrentado. Miró a un lado y otro sin poder distinguir nada. Por algún lugar tenía que estar ella escondida entre aquellos restos.
                                        

lunes, 21 de marzo de 2016






                                           REFUGIADOS

Salieron al atardecer acompañados únicamente por el miedo y algunos papeles que le hiciesen más fácil la huida, ya que desde hace días sólo se escuchaban los gritos de la tormenta que lo destrozaba todo. Aquella vieja mujer escondía su aterrorizado semblante bajo un oscuro velo y sostenía la mano de un niño que temblaba de frío. Cuando llegaron lejos de la frontera, tras días de huida del terror que los perseguía, descansaron en un solar derruido desprovisto de todo aquello que les pudiera ofrecer seguridad. A pesar del cansancio, la mujer vivió la noche vigilante ante la muerte que se desplazaba de un lado a otro sin distinguir ningún claro objetivo. El niño arrastró entre sus sueños temblores de espanto que quedarían para siempre escritos en su memoria. Al día siguiente renovaron la marcha, con más hambre, más frío y más miedo. Cuando llegaron a su destino unas manos distintas los acogieron y pensaron que el trayecto había acabado. Lo que no sabían es que aquella tormenta de la que huían había crecido dentro de los corazones de los hombres y los había engullido. Ya no había destino donde llegar, tampoco existía el camino de vuelta. Todo era oscuridad.

viernes, 4 de marzo de 2016




EL mascarón resucitado



El camino hacia el lugar elegido era grandioso, aunque costaba llegar a él toda una eternidad. Entre las rocas sonaba el ronquido del oleaje de manera estremecedora. Aquel atardecer traía recuerdos de otros tiempos donde todo era más simple, más asequible, más tranquilo y también más oscuro. La orilla del mar trasladaba con la espuma de las olas restos de un antiguo naufragio que la corriente expulsaba de las entrañas del océano. Entre los restos acumulados en la arena, un vetusto mascarón de proa movía casi imperceptiblemente la cola. El viejo marino paseaba evocando su pasado decidido a sucumbir en aquella playa. Ya nada le interesaba, el mundo se había convertido en un juego de sonidos, de melodías acortadas y enlatadas, ya nadie escuchaba el eco del abismo en una caracola, además pronto la marea se llevaría el antiguo faro, su hogar desde que su amputada pierna lo dejó en muelle seco. Mientras los pensamientos del anciano acallaban el ruido exterior, la sirena que se debatía entre las algas salió de la enredadera y se dirigió hacia el viejo; cuando llegó a su lado le acarició el ralo cabello y comenzó a entonar un canto. El farero embrujado por aquella melodía milenaria abrazó aquel trozo de madera que había recobrado vida. La sirena abrió su majestuosa boca y engulló al marino, luego miró hacia el horizonte esperando una llamada. Y cuando una gigantesca ola llegó a la playa, se zambulló en ella para volver al fondo del mar y depositar el cuerpo que se había cobrado en el cementerio de los sueños rotos.

lunes, 22 de febrero de 2016


    

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                                            DINGO EL GUARDIÁN 

María preparaba la cena mientras sus hijos jugaban en el jardín vigilados por un enorme perro. Las voces de los niños resonaban alegres por todas las estancias, mezcladas con una música de los años ochenta que aislaban a la madre de los problemas. Al cortar la verdura, recordó que no le había puesto pienso a Dingo en su recipiente y salió de la cocina decidida a saciar el hambre del can. No advirtió que el jolgorio de los momentos anteriores había cesado, y al llegar al lugar donde estaban sus hijos, al pie de la ventana de la cocina, vio aterrorizada como en el sitio donde antes jugaban las inocentes criaturas tan sólo había tres machas de sangre en el suelo y, desparramados entre la hierba, el resto de algunos pequeños huesos. Dingo se relamía el hocico con gran placer. Nunca más volvería a querer pienso.

viernes, 29 de enero de 2016




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                             CAMPAMENTOS DE RISAS TRUNCADAS

 Campamentos de papel sobre arenas estériles
 esperando sus muertos y contemplando
atardeceres rotos de soles vacíos,
de corazones solitarios,
de amores inacabados,
de pies escapando de la vida.

Refugiados de risas truncadas,
de miradas rotas,
de manos vacías,
de sueños evaporados en el aire,
figuras anhelantes de ríos secos.

 Campos estériles por la sequía humana.
Surcos ocultos entre la tierra yerma.
Ojos acuosos buscando un camino.
 Cuerpos inertes y quebrados.

Almas esperando un amanecer,
escondidas en el horizonte,
mojadas de sangre amada,
 ocultas tras la hierba.


Habéis llegado tarde al corazón de los hombres,

y al de los dioses.