miércoles, 6 de abril de 2016





CAMINOS POR ANDAR

Antes yo no recorría estos caminos.
Mis pasos, libres de todo,
volaban alto entre las olas de mi eterna playa.
Eran otros tiempos, al menos más míos.
Mis ojos radiantes descubrían el mundo;
y amaba... y me dejaba amar.
Desnudaba entre unos brazos el futuro por venir
dejándome llevar sin reparos por las ondas de la vida.
Y ésta me ofrecía, abierta a todo,
la mejor de sus sonrisas,
como útero fértil esperando la cosecha.
Era la inocencia quien guiaba mis deseos.
Ahora, la inocencia perdida,
ya no crecen con tanta fuerza entre mis ramas
nuevos tallos.
Me muevo en el limitado mundo de lo conocido,
y las flores primaverales hace tiempo
que empezaron a abrirse más tardiamente
cada estación.
Pero sigue saliendo el sol cada mañana
y anocheciendo tras mi ventana la luna.
Y yo sigo haciendo pequeñas veredas
recorriendo atajos y recuerdos,
inaugurando noches y soñando días.

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